La meditación hace crecer tu cerebro

Las funciones y el tamaño del cerebro están vinculadas con determinados hábitos y habilidades,

Ciertos hábitos favorecen la creación de nuevas neuronas (neurogénesis) y aumentan la neuroplasticidad. Entre ellos se encuentra la práctica de alguna técnica de meditación, según diversos estudios neurocientíficos.

De manera general, estudios como el de la Universidad de Harvard, anteriormente habían demostrado que la práctica frecuente de ciertas técnicas de meditación ayudaban a equilibrar los hemisferios cerebrales a través de un profundo estado de relajación, debido a su influencia sobre las ondas alfa y theta. Sin embargo nuevos estudios han mostrado que sus beneficios son mayores.

Cambios en estructura y neurogénesis

De acuerdo con un estudio del Laboratorio de imagen de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), las personas que meditan tienen más volumen de neuronas en el hipocampo y en áreas como el tálamo y la corteza orbifrontal, las cuales están vinculadas con el control de las emociones.

 En ese sentido, investigadores de la Universidad de Oregon explican que la práctica de la técnica de meditación conocida como IBMT (entrenamiento integral de mente cuerpo), puede facilitar la neurogenésis.

Por otro lado, investigaciones de las Universidades de Harvard, Yale, y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, han presentado estudios que muestran cómo puede alterar la estructura de nuestro cerebro.

Según los neurocinetíficos, practicar la técnica de meditación, genera un grosor superior en las partes del cerebro encargadas de la atención y de procesar los estímulos sensoriales externos.

Neuroplastía controla emociones

Investigadores de la neurogenésis y la neuroplasticidad consideran que ambas tienen un papel importante en el aprendizaje y la memoria en el cerebro adulto, así como ser un factor vital en la reducción del estrés y en el tratamiento de la depresión.

Al respecto, un estudio del neurocientífico Eero Castrén, considera que nuestro estado de ánimo podría ser regulado por la plasticidad; es decir, por el movimiento dinámico de nuestras neuroconexiones, más que obedecer sólo a la combinación de diversas sustancias químicas.

Cabe destacar, que la práctica regular de alguna técnica de meditación no es la única manera de favorecer un mejor funcionamiento y la estructura del cerebro, sino que existen otras actividades que tienen efectos similares, tales como el ejercicio, los ejercicios mentales, la práctica del yoga, el tipo de alimentación e incluso la actividad sexual.


Fuente: salud180

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