Caminar, un ejercicio para todos

Caminar puede ser un buen ejercicio para todos, pues es de intensidad moderada y accesible, cualquiera sea su condición física inicial. Se puede hacer sin un equipo especial, solo o acompañado, todo el mundo sabe hacerlo y es seguro.

Los beneficios  corporales

Según la mayoría de los estudios, los beneficios corporales de realizar una caminata diaria de 30 minutos se traducen en beneficios cardiovasculares en cuanto a una menor frecuencia de infartos de miocardio, diabetes del adulto, accidentes cerebrovasculares e hipertensión arterial.

La actividad física moderada ha mostrado beneficios en la osteoporosis, la artritis, las caídas en los ancianos, y también efectos sobre el peso y los lípidos. Asimismo, es buena para la mente, ya que hay cierta evidencia de que el ejercicio moderado ayudaría en la depresión y en ciertos estados de ansiedad.

Para comenzar…

El período mínimo necesario para obtener efectos saludables es de diez minutos diarios. Siguiendo el consejo general de “algo es mejor que nada” y “más es mejor que poco”, se puede empezar por hacer períodos de 10 minutos cada día.

El ritmo debe ser más rápido que el de caminar mirando vidrieras, con paso firme y regular, y que a la vez se pueda hablar sin que se corten las palabras.
Realizar tres períodos de 10 minutos podría ser un objetivo inicial, aunque conviene saber que la mayoría de los estudios que mostraron beneficios fueron hechos con 30 minutos seguidos.

No hay que olvidar hacer ejercicios de elongación luego de las caminatas.
Unas pocas semanas bastan para mejorar los aspectos circulatorios y reducir la resistencia a la insulina, a la vez que mejoran la tonicidad. En tanto, para bajar de peso o mejorar el perfil de los lípidos se requieren algunos meses.

La conveniencia de beber líquido durante la caminata, depende del tiempo dedicado a la misma y de las condiciones climáticas. En líneas generales hasta 30 minutos se podrían hacer sin necesidad de ingerir agua, salvo que se haga en pleno verano en las horas de mayor calor.

Un ejercicio para todas las edades

En principio no hay restricciones para ancianos ni enfermos, de hecho los cardiólogos recomiendan caminar a los pacientes coronarios o que hayan tenido by-pass. La única salvedad es que en los ancianos hay que evaluar el balance, equilibro y si existen impedimentos de tipo ortopédico. Por ejemplo si hay una artrosis de cadera importante, el hecho de caminar puede provocar dolor, por lo habría que hacer otro tipo de ejercicio, como la bicicleta fija.

En cuanto a los que tienen diabetes, enfermedades cardíacas o pulmonares deberían pasar por el médico antes de iniciar un programa de caminatas.

Se debe tener precaución ante la presencia de lesiones agudas en miembros inferiores y ciertos problemas ortopédicos como artrosis de rodilla o hernia de disco lumbar, y algunas personas que tienen pie diabético. En estos casos siempre es mejor consultar primero con el médico tratante. 


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