El ejercicio físico y el Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer afecta a 36 millones de personas en todo el mundo –se estima que cada siete segundos se diagnostica un nuevo caso–. Su prevalencia se duplica cada cinco años tras haber cumplido los 60. La pérdida de memoria y las alteraciones cognitivas y comportamentales condicionan la dependencia y calidad de vida de los pacientes ocasionando, en última instancia, la muerte por causas indirectas.

Hace más de 2.000 años el poeta latino Juvenal ya señalaba la relación entre la salud física y la salud mental a través de su máxima “Mens sana in corpore sano”. Si bien no le faltaba razón, en la actualidad matizamos que hacer ejercicio físico de forma regular –150 minutos a la semana de ejercicio de intensidad moderada-intensa según la Organización Mundial de la Salud (OMS)– mejora la estructura y funcionamiento de nuestro cerebro a través de diversos mecanismos biológicos.

Actualmente sabemos que el ejercicio físico modula orgánica y estructuralmente el tejido cerebral a través de diversos mecanismos biológicos como el incremento del número de células nerviosas. En un reciente estudio se pudo demostrar que aquellas personas que habían sido físicamente activas, según las recomendaciones de la OMS, durante aproximadamente los 5 años previos, tuvieron una posibilidad de desarrollar alzhéimer un 40% menor en comparación con las personas sedentarias.

Aunque el riesgo de padecer esta demencia posee un fuerte componente genético, el alzhéimer también puede ser modulado por factores modificables como el estilo de vida.

¿Y vos? ¿Haces ejercicio físico? ¡Estás a tiempo! Empezá ahora mismo.



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