Ansiedad y estrés

"Tenés que bajar la pelota la piso." ¿Te suena?


El Instituto Francés de la Ansiedad y el Stress, en París, definió veinte reglas de vida que dicen los expertos que, si uno consigue asimilar diez, con seguridad aprenderá a vivir con calidad interna:

1) Hacé una pausa de mínima de 5 a 10 minutos por cada 2 horas de trabajo, a lo máximo. Repetí estas pausas en tu vida diaria y pensá en vos mismo, analizando tus actitudes.

2) Aprendé a decir "no", sin sentirte culpable, o creer que lastimás a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.

3) Planeá tu día, pero dejá siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de vos.

4) Concentráte en apenas una tarea a la vez. Por mas ágil que sean tus cuadros mentales, vos también te cansás.

5) Olvidate de una vez por todas de que sos indispensable en tu trabajo, tu casa o tu grupo habitual. Por más que eso te desagrade, todo camina sin tu actuación, salvo vos mismo.

6) Dejá de sentirte responsable por el placer de los otros. Vos no sos la fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.

7) Pedí ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.

8) Separá los problemas reales de los imaginarios y eliminalos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.

9) Intentá descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que podés conseguir en la vida.

10) Evitá envolverte en ansiedades y tensiones ajenas, en lo que se refiere a ansiedad y tensión. Esperá un poco y después retorná al diálogo y a la acción.

11) Vos no sos tu familia, tu familia está para acompañarte, compone tu mundo, pero no es tu propia identidad.

12) Comprendé qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que eviten el movimiento y la búsqueda.

13) Es necesario tener siempre a alguien a quien le puedas confiar y hablar abiertamente. No sirve de nada si está lejos.

14) Detectá la hora acertada de salir de una cena, levantarte del palco y dejar una reunión. Nunca pierdas el sentido de la importancia sutil de salir la hora correcta.

15) No quieras saber si hablaron mal de vos, ni te atormentes con esa basura mental. Escuchá lo que hablaron bien de vos, con reserva analítica, sin creértelo todo.

16) Competir en momentos de diversión, trabajo y vida en pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perder la mejor parte.

17) La rigidez es buena en las piedras pero no en los seres humanos.

18) Una hora de inmeso placer sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa más que el sueño. Por eso, no pierdas una buena oportunidad de divertirte.

19) NO abandones tus tres grandes e invaluables amigas. Intuición, Inocencia y Fe.

20) Entendé de una vez por todas, definitivamente y en conclusión que vos sos lo que hagas de vos mismo.


Pensá… Reflexioná… Practicá… 
Eliminá de tu vida los números que no son esenciales. Esto incluye, edad, peso y altura. Dejá que tu médico se preocupe por ellos. Para eso le pagás.
Mantené amistades alegres. Los gruñones te bajan el ánimo.
Intentá aprendiendo cosas nuevas. Aprendé más sobre computadoras, manuales, jardinería, lo que sea.
Nunca permitas que tu cerebro sea holgazán. Un cerebro holgazán es la morada del demonio. Y el nombre de ese demonio es Alzheimer.
Disfrutá de las cosas simples. Reíte más a menudo, fuerte y por largo tiempo. Reíte hasta que te quedes sin aire.
Las lágrimas son naturales. Sufrilo, lamentálo y luego seguí adelante.
La única persona que estará contigo toda la vida, sos vos mismo. Viví mientras tengas vida. Rodeáte de cosas que amás, ya sea la familia, mascotas, música,
plantas, pasatiempos, lo que sea. 
No te enrolles en un viaje de culpabilidad. Tomáte un viaje a otro país, al centro comercial o a otro pueblo cercano, pero no a donde
te lleve la culpa. A las personas que amás, decíselo en cada oportunidad que tengas.
Y siempre recordá: la vida no se mide por los descansos que tomamos, sino por los momentos que te roban el aliento. ¡Viví y se feliz!
Además, da gracias a Dios siempre por lo que la vida te ha brindado y no te quejes tanto por lo que no te ha dado.



     

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