Metafísica para la vida

La metafísica puede ser una buena aliada para la vida diaria si sabemos como aplicar lagunos de sus principios.

LOS QUINCE PUNTOS PARA SABER SI ESTOY REALMENTE EN EL SENDERO


1.- Si siempre busco el bien en cada situación, persona y cosa.
2.- Si resueltamente le doy la espalda al pasado, sea bueno o malo, vivo únicamente en el presente y futuro.
3.- Si perdono a todo el mundo sin excepción, no importa lo que hayan hecho; y luego me perdono a mi mismo de todo corazón.
4.- Si considero mi trabajo o tarea diaria como cosa sagrada, tratando de cumplirla lo mejor posible (me guste o no).
5.- Si hago todo lo que está en mi poder para manifestar un cuerpo sano y un ambiente armonioso en mi entorno.
6.- Si trato de prestar servicio a todos los demás, sin hacerlo de manera fastidiosa.
7.- Si aprovecho todas las ocasiones de hacer conocer la verdad a otros, de una forma sabia y discreta.
8.- Si evito incondicionalmente la crítica, negándome a escucharla o apoyarla.
9.- Si le dedico por lo menos un cuarto de hora a la meditación y a la oración.
10.- Si leo por lo menos siete versículos de la Biblia o un capítulo de algún libro instructivo sobre la verdad para esta era.
11.- Si hago un tratamiento especial diariamente para pedir o demostrar la comprensión.
12.- Si me entreno para darle a mi primer pensamiento a Dios al despertar.
13.- Si pronuncio el verbo por el mundo entero todos los días.
14.- Si practico la regla de oro de Jesús en lugar de admirarla únicamente. Él dijo: has a otros lo que desees que te hagan a ti. Lo importante de la regla de oro es que la debemos practicar aunque los demás no la practiquen hacia nosotros. Pero también, no hay regla que no tenga su opuesto, de manera que no permitas que otros te hagan lo serías tú incapaz de hacerles a ellos.
15.- Si me doy perfecta cuenta de que lo que yo veo no es sino un espejismo, el cual me es posible transformar por medio de la oración científica. Para poder demostrar armonía y perfección de todo en tu vida, pregúntate una vez por semana si estás cumpliendo con todos estos puntos.

 

SÓLO POR HOY...

(Decálogo de: Francisco Antonio Zea Pérez)

1.-...Seré feliz. Expulsaré de mi espíritu todo pensamiento triste. Me sentiré más alegre que nunca. No me lamentaré de nada. Hoy agradeceré a Dios la alegría y la felicidad que me regala.

2.-...Trataré de ajustarme a la vida. Aceptaré el mundo como es y procuraré encajar en él. Si sucede algo que me desagrade, no me lamentaré ni me mortificaré; agradeceré que haya sucedido porque se puso a prueba mi voluntad de ser feliz. Hoy seré dueño de mis nervios, de mis sentimientos, de mis impulsos. Para triunfar tengo que tener dominio de mi mismo.

3.-...Trabajaré alegremente, con energía, animo y pasión. Haré de mi trabajo una diversión. Comprobaré que soy capaz de trabajar con alegría. Comprobaré mis pequeños triunfos. No pensaré en los fracasos.

4.-...Seré agradable. No criticaré a nadie. Si comienzo a criticar a una persona cambiaré la crítica en elogios. Toda persona tiene sus defectos y sus virtudes. Concentraré mi atención en sus virtudes y olvidaré sus defectos. Hoy evitaré las discusiones y conversaciones desagradables.

5.-...Voy a eliminar dos plagas: la prisa y la indecisión. Hoy viviré con calma y paciencia, porque la prisa es enemiga de una vida feliz, y triunfare. No permitiré que la prisa me acose ni que la impaciencia me abrume. Hoy tendré confianza en mí mismo. Le haré frente a todos los problemas con decisión y voluntad, y no dejaré ninguno para mañana.

6.-...No tendré miedo, actuaré valientemente. El futuro me pertenece. Hoy tendré confianza en que Dios ayuda a los que luchan y trabajan.

7.-...No envidiaré a los que tienen más dinero, más belleza o más salud que yo. Contaré mis bienes y nos mis males. Compararé mi vida con otros que sufren más.

8.-...Trataré de resolver los problemas de hoy. El futuro se resuelve por sí mismo. El destino pertenece a los que luchan. Hoy tendré un programa que realizar; si algo me queda por hacer, no desesperaré. Lo haré mañana.

9.-...No pensaré en el pasado. No guardaré rencor a nadie. Practicaré la ley del perdón. Asumiré mis responsabilidades y no echaré la culpa a nadie por mis problemas. Hoy comprobaré que Dios me ama y me premia con amor.

10.-...Haré una buena acción a alguien. ¿A quien? Buscaré a alguien para hacerlo, sin que lo descubran y, al llegar la noche, comprobaré que Dios me ha premiado con un día lleno de felicidad. ...Y de mañana haré un día como hoy.

 

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