La maleta, reflexión

La maleta cuenta una bonita historia para que aprendamos a ser felices sin valorar solo las cosas materiales. 

Un hombre murió. Al d​a​rse cuenta vio que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo. Dios le dijo:
— Bien, hijo, es hora de irnos.
El hombre asombrado preguntó:
— ¿Ya? ¿Tan pronto? Tenía muchos planes…
—Lo siento pero es el momento de tu partida.
— ¿Qué traes en la maleta? — preguntó el hombre y Dios le respondió:
— ¡Tus pertenencias!
— ¿Mis pertenencias? ¿Traes mis cosas, mi ropa, mi dinero?
Dios le respondió:
—Eso nunca te perteneció, eran de la Tierra…
— ¿Traes mis recuerdos?
—Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo…
— ¿Traes mis talentos?
—Esos no te pertenecieron, eran de las circunstancias…
— ¿Traes a mis familiares y amigos?
—Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino…
— ¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
—Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón…
— ¿Traes mi cuerpo?
—Nunca te perteneció, ese era del polvo…
—Entonces ¿traes mi alma?
— ¡No! Esa es mía
 Entonces el hombre lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y al abrirla se dio cuenta q estaba vacía. Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre dijo:
— ¿Nunca tuve nada?
—Nada material, lo único que es realmente tuyo son los momentos felices que has vivido.
 
La vida es solo un momento, ¡un momento tuyo! Por eso, mientras estés a tiempo disfrútala en su totalidad! Lo que realmente cuenta es ser feliz por nuestras experiencias, porque lo demás en el fondo no da la felicidad.

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