¡A organizarse!

Desechar lo que no sirve te permitirá tener a mano aquello que es útil e importante. Descubrí cómo disfrutar el proceso de sustituir el caos por el orden y las consecuencias positivas que traerá para tu vida cotidiana.

¿Cuántas veces hemos perdido tiempo valioso en buscar algo que necesitamos y nos topamos con 10 o más cosas inútiles? Casi a diario. Organizarse es imperativo para ser más productivos dentro del hogar y la oficina. Descubre cómo hacerlo fácil y rápido.

Empieza por casa

Para organizar el clóset o la habitación y ver qué hacer con lo que hemos decidido no conservar resulta muy útil aplicar la estrategia de las cuatro cestas, donde se separan aquellas cosas que se van a botar, reciclar, regalar o donar y vender. Se deben tomar los artículos y decidir rápidamente en cuál cesta o contenedor colocarlos. Luego proceder a botar lo que consideramos basura, ubicar en su lugar las cosas a conservar, y empacar aquello que vamos a donar y a vender. Haciendo esto muchos se toparán con elementos que podrían repararse. Reparar suele costar más que comprar. Si ya sustituiste ese electrodoméstico dañado por uno nuevo, no tiene sentido reparar el viejo. Analiza esto y bota todo lo que no funcione a menos que sea un caso especial. No solo te ahorrarás algo de dinero, sino que eliminarás de tu casa u oficina vibraciones que nada positivo traen a tu vida, pues se dice que muchas de las cosas que conservamos por mucho tiempo acumulan energías negativas.

Si decides reciclar muchas de las cosas que no vas a conservar, ¡debemos felicitarte! Es una de las tendencias más provechosas del momento y, además, es reconfortante. Lleva el cartón, el papel y las latas de aluminio a centros de reciclaje. Busca programas de recolección de materiales peligrosos como termómetros de mercurio, pinturas a base de aceite, cauchos, pesticidas, aceite de motor usado y baterías o pilas usadas. Por otra parte, dar a otros las cosas que no necesitas es multiplicar los beneficios de organizarse. Identifica organizaciones en tu localidad que aceptan donaciones de ropa y artículos de casa. Tu computadora vieja puede tener una nueva vida en una Organización No Gubernamental o en una escuela. Los libros que no necesitas siempre serán bien recibidos en la biblioteca de tu comunidad. Y si tu opción es vender, existen varias alternativas para ello: hacer una venta de garaje, un trueque entre amigas o ir a un mercado de pulgas son formas para sacar provecho de artículos en buen estado que ya no necesitamos, también puedes ofrecerlos en portales de Internet.

Oficina de lujo

Tu lugar de trabajo debe ser cómodo y funcional. Coloca cerca aquello que más usas –agenda, engrapadora, bolígrafos, carpetas– de manera que puedas alcanzarlos sin tener que levantarte. Este consejo aplica también para organizar la cocina, coloca en las gavetas más cercanas cosas que usas a diario y en los gabinetes más distantes ollas y utensilios que usas sólo esporádicamente. En la oficina se acumulan documentos que van creando pilas desordenadas de papeles. La solución a este dilema es contar con carpetas de archivo para seleccionarlos y guardar los importantes por categorías a medida de que los vas revisando.

Las hojas para desechar pueden reutilizarse por la cara que queda en blanco, así que colócalas en una carpeta para tal fin. No guardes ningún papel cuya información pueda ser conseguida fácilmente en Internet y nunca deseches intactos documentos que tengan tus datos personales y números de cuentas bancarias, rómpelos primero.

En medio del proceso de organización, cuando decidimos deshacernos de cosas, nos puede asaltar el temor de necesitarlas de nuevo, sobre todo cuando de documentos se trata. Una estrategia útil es colocarlos en una caja sellada y guardarla en un lugar apartado como el maletero o un cuarto de depósito, indicando en su exterior una fecha seis meses más adelante. Si pasa este período de tiempo y no has necesitado nada del contenido, desecha la caja sin abrirla.



Fuente: esteticaysalud

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