Leonardo Da Vinci y su faceta desconocida: un apasionado del vino

Tal vez una de las caras menos conocidas de Leonardo, fue su afición por la cocina. Se le conoce incluso como un precursor de la cocina moderna y un gran entusiasta de los vinos.

Leonardo da Vinci fue un artista, científico e inventor del Renacimiento italiano. Se dice de él que era un hombre universal; ya que su obra abarcó muchas facetas del conocimiento. Fue a la vez pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista.

También fue maestro de banquetes, tuvo su propia taberna y hasta escribió un libro que incluía recetas y protocolos para la mesa, también desarrolló inventos para facilitar las tareas culinarias; entre ellos, un sacacorchos para las botellas, una curiosa máquina para moler ajos, una rebanadora de pan, un molinillo para la pimienta inspirado en el faro de Spezia, y un sistema de lluvia artificial para apagar incendios en las cocinas. Si bien sus proyectos no se materializaron, fueron fuente de inspiración para futuros inventores.

Dentro de sus grandes pasiones se encontraba el vino. Se le atribuye la frase: “Creo que son muy felices los hombres que nacen donde se encuentran los buenos vinos”. Y él fue uno de ellos, nacido en Florencia, en el corazón de la Toscana, una maravillosa tierra poblada por viñas.

Leonardo llegó a tener su viñedo personal, cuenta la historia que el duque de Milán, Ludovico Sforza, le pidió al pintor que elaborara una de sus obras más icónicas: La Última Cena, y que al quedar tan entusiasmado con el resultado, le obsequió el palacete ubicado en aquel viñedo en la ciudad de Milán.
Al día de hoy sigue abierto al público como museo y bodega con elaboración propia de vinos. ¿Sería un placer poder probarlos, verdad?



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