El ombligo de Venus

Al igual que gran parte de nuestra cultura, la gastronomía uruguaya está fuertemente influenciada por los italianos y los españoles. Muchos de los platos que consumimos a diario, guardan historias sorprendentes de tierras lejanas.

Los Tortelines, también conocidos como Tortellinis o Tortelino, es un plato de origen italiano; el cual nos acompaña en nuestra mesa desde hace cientos de años.  
Este platillo originalmente surge como un plato de las clases sociales bajas, ya que se rellenaba con la carne sobrante de las comidas pertenecientes a los nobles. Ellos crearon una pasta con un nudo, el cual les permitían tener una comida llenadora y duradera.

A lo largo del tiempo los Tortellines tuvieron diversas variantes, tanto dulces como saladas, las cuales nacen en la región de Emilia Romagna, entre las zonas de Bolonia y Modena.
Los Capelletis por ejemplo, son considerados los primos de los tortellines y quizás sean la variante más similar que halla.  Estos son originarios de la zona de Reggia Emilia, dentro de la región de Emilia Romagna, limitando con la ciudad de Modena.
Sin embargo, existe una pequeña leyenda que rodea a este maravilloso plato, dándole una explicación más mística a su creación.

La leyenda tiene lugar durante una antigua batalla entre Bolonia y Modena. Con el afán de ayudar al pueblo, los dioses Marte, Venus y Baco, deciden bajar a la tierra y participar de este conflicto.
Al terminar la jornada, los dioses pararon en una posada en Catelfranco Emilia, dentro de la zona de Modena  para poder descansar. A la mañana siguiente Baco y Marte partieron nuevamente a la batalla dejando atrás a Venus, quien cansada decidió quedarse en la posada un rato más.
El joven mozo de la posada, intrigado por la presencia de la diosa, decidió echarle un vistazo a la diosa. Se acercó sigilosamente a la puerta y observando a través del ojo de la cerradura, se encontró con Venus tomándose un baño.
El joven quedó absorto en la belleza de la diosa y recorriendo sus curvas con la mirada, quedó prendado de la perfección de su ombligo.  Inmediatamente el joven bajo a la cocina, donde con un trozo de pasta, trato de igualar la forma del ombligo.

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